¿Cómo fortalecer el organismo ante la pandemia?

En el presente artículo les ofrecemos una serie de recomendaciones para el fortalecimiento del organismo que desarrollamos para el Congreso Permanente de Medicinas Naturales y Terapias Complementarias a propósito de la emergencia del 2020, en la que consideramos a la alimentación, el ejercicio físico, la higiene postural, el control de las emociones, así como descanso y relajación.

Estas recomendaciones no deberían ser solo para esta emergencia, sino que, por el contrario, deberíamos aprovechar para hacerlos permanentemente.

1.    Alimentación

Las dietas modernas han pasado por modificaciones importantes que según la OPS[2] están asociadas a las principales causas de mortalidad y morbilidad actuales: las enfermedades crónicas no transmisibles. Pero para las medicinas naturales y terapias complementarias, no solo están asociadas a estos problemas, sino que también están asociados al deterioro del sistema inmunológico y la vitalidad general del organismo. Por otra parte, recordemos que las personas vulnerables a virus como el COVID-19 son precisamente personas que padecen de enfermedades crónicas no transmisibles; por lo tanto, y reafirmamos, las dietas modernas, basadas en productos dominados por las grandes corporaciones, repletas de aditivos sintéticos, que han perdido fibras y micronutrientes, deterioran nuestro sistema inmunológico. Por lo tanto, lo más adecuado es mantener una alimentación lo más natural posible.
A continuación damos algunas orientaciones que pueden varias en función del territorio, la cultura, así como la condiciones intraorgánica referente a enfermedades crónicas, tratamientos farmacológicos, entre otros. Así que es importante que no lo tomemos como recetas, sino como principios que permiten entender cómo funciona el organismo para adaptarla en función de cada contexto y caso.

La alimentación y la eliminación de sustancias tóxicas vía intestinal

Uno de los principales problemas de los alimentos muy procesados, en particular cereales como el trigo que se acentúa como problema en los países tropicales, es que han sido refinados, perdiendo parte importante de sus nutrientes, en particular las fibras. En buena parte del siglo XX, se consideró a las fibras como algo no importante ya que se suponía no aportaba nutrientes y eran eliminados vía intestinal. Este factor fue muy lucrativo para las grandes corporaciones. Sin embargo, desde las medicinas naturales y terapias complementarias se sabe que la baja ingesta de fibra genera estreñimiento, ya que es más difícil la eliminación vía intestinal. El estreñimiento genera la incapacidad de eliminar desechos metabólicos. Recordemos que a través del intestino eliminamos desechos, pero también sintetizamos y absorbemos nutrientes, disminuyéndose la capacidad de asimilar micronutrientes. Al no eliminar desechos metabólicos de manera adecuada y oportuna, el organismo reabsorbe los desechos, generando importantes problemas de salud. Parte de estas toxinas son enviadas a otros órganos donde se eliminan sustancias, como lo es la piel, los riñones y los pulmones. Cuando afecta a los pulmones, se presenta mucha flema y una mayor vulnerabilidad a enfermedades respiratorias. Esto aplica con importante énfasis con el consumo de lácteos y quesos, que en nuestro contexto son muy procesados, repletos de distintos tipos de aditivos, y cuyo consumo en el trópico, por el elemento ambiental, es asimilado de forma distinta que en los países templados con inviernos intensos, generando mayor cantidad de desechos intraorgánicos.

La alimentación y la eliminación vía renal

A través de los riñones también eliminamos desechos a través de la orina. Una baja ingesta de agua y un exceso consumo de lácteos, proteínas animales y alimentos procesados y ultraprocesados, genera problemas renales, como la aparición de piedras, así como la acumulación de toxinas en el organismo, debilitando a su vez el sistema inmunológico y deteriorando la vitalidad orgánica.

La alimentación y el sistema respiratorio

La acumulación de desechos metabólicos por exceso de consumo de alimentos procesados y ultraprocesados, como lácteos, harinas refinadas, azúcares, salsas artificiales, bollerías de panadería, entre otros, genera acumulación de desechos metabólicos que aunados al estreñimiento, son expulsados por las vías respiratorias formando flema, inflamación y vulnerabilidad al accionar patológico de virus y bacterias por estas vías.

La alimentación, la salud, los agroquímicos y los alimentos de temporada

El consumo de alimentos repletos de agroquímicos está relacionado al deterioro del organismo en general, en particular al deterioro del sistema inmunológico. Por lo tanto, lo ideal es el consumo de alimentos producidos localmente de forma agroecológica. Por el momento, al consumir alimentos de temporada, poco o no procesados industrialmente, se garantiza el consumo de menos agroquímicos y aditivos sintéticos; aunado a esta realidad, los alimentos de temporada contienen mayores concentraciones de micronutrientes.

La alimentación y los micronutrientes

Las culturas alimentarias modernas hacen mucho énfasis en el consumo de macronoutrientes como lo son las proteínas, los carbohidratos y las grasas; sin embargo, se considera muy poco el consumo de micronutrientes. El bajo consumo de micronutrientes como lo son las vitaminas, minerales y oligoelementos, debilitan el organismo en general, así como su sistema defensivo. Los alimentos procesados y ultraprocesados han perdido importantes concentraciones de micronutrientes, y a veces son enriquecidos de forma sintética, lo cual también tiene efectos colaterales; así mismo, su aprovechamiento es significativamente menor al consumo de micronutrientes de alimentos naturales. Por tal motivo, es fundamental el consumo de alimentos poco procesos o no procesados como lo plantea la OPS. Para el consumo de vitaminas para el sistema inmunológico como la vitamina C, es importante considerar que el consumo de frutas frescas recién abiertas es la clave, ya que buena parte de las vitaminas se degradan rápidamente. Un error común es creer que los cítricos son los únicos frutos que contienen vitamina C, cuando está en la mayoría de frutas frescas. Más adelante profundizaremos al respecto.

Alimentos no recomendados: harinas refinadas, azúcar refinado, saborizantes artificiales, alimentos con preservativos, salsas artificiales, cubitos, refrescos, bebidas de sobre, embutidos, enlatados, lácteos (sobre todo los modernos que están muy procesados). En el trópico el exceso de consumo de quesos está asociado a enfermedades respiratorias. Alimentos fritos, chucherías, jugos pasteurizados repletos de azúcar, compotas artificiales, entre otros. Exceso de estimulantes como café.

Alimentos recomendados: Frutas, vegetales y hortalizas, granos, granos germinados, cereales poco procesados, harinas poco procesadas como el fororo y el gofio, casabe, avena, entre otros. Alimentos frescos, en particular frutas recién abiertas para que no pierdan vitaminas importantes para el sistema inmunológico. Alimentos cocidos, a la plancha u horneados. Semillas oleaginosas como el ajonjolí el maní o el merey. Semillas de auyama, melón, entre otros.

Alimentos que fortalecen la flora intestinal: Chayota, pira, moringa, acelgas, calabacín, berenjena, auyama, batata, papa con cáscara, granos germinados, en general las frutas, vegetales y hortalizas fortalecen la flora fermentativa que ayuda a mejorar la salud integral del organismo y a fortalecer el sistema inmunológico.

Alimentos con fibra para ayudar a la eliminación de desechos vía intestinal: aumentando el consumo de frutas vegetales y hortalizas en general, se aumenta el consumo de fibra y mejora la eliminación vía intestinal. Entre los alimentos más importantes para mejorar la eliminación intestinal encontramos: lechosa, cambures y plátanos maduros, guanábana, tamarindo, sábila en ponches y jugos (eliminándole el amargo), casabe, entre otros. Frutas que generan estreñimiento: guayaba (en particular cuando está verde), cambur y plátanos verdes, entre otros.

Alimentos que ayudan a los riñones: agua potable, infusiones de plantas como albahaca, albahaca morada, menta, hierba buena, malojillo, agua de coco, infusión de cáscara de mandarina, cáscara de piña, infusión de anís estrellado, limón, apio España, entre otros
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Alimentos propicios para mejorar el sistema inmunológico y la salud del sistema respiratorio: jengibre, cúrcuma, agua de coco, pulpa de coco, albahaca morada, sábila, lechosa, mango, auyama, calabacín, ajo, cebolla, limón, naranja, perejil, cilantro, apio España, entre otros. 

El Dr. José Miguel Rondón, presidente del Congreso Permanente de Medicinas Naturales y terapias Complementarias, asegura que en su práctica médica le ha funcionado muy bien como medidas naturales para prevenir y tratar estados gripales el uso ambiental de cebolla picada en la cocina y el cuarto; consumo del tradicional del jugo 3 en 1 (naranja, zanahoria y remolacha) siempre y cuando no se tengan problemas gástricos o de otro tipo que pueda ser contraindicado ; sopas verdes (ajo, cebolla, cebollín y apio España).

2.    Ejercicio físico, higiene postural y manejo de las emociones

Realizar ejercicios cardiovasculares moderados diariamente así como tener una buena postura es importante para que el organismo funcione adecuadamente. Realizar ejercicio físico y tener una buena postura permite que los nutrientes y desechos circulen por el sistema, activan el metabolismo y la absorción de nutrientes, ayuda a regular el sistema endocrino y nervioso, en particular drenando las hormonas y neurotransmisores que produce nuestro organismo en momentos de estrés como el cortisol, la adrenalina y la noradrenalina, que al mantenerse en el sistema en largos períodos de tiempo, y ante la ausencia de ejercicio físico, se convierten en sustancias tóxicas que deterioran la capacidad de absorber nutrientes, afectan los esfínteres asociándose a estreñimiento y acumulación de toxinas, generan irritación nerviosa, inflamación de tejidos y órganos, disminución de las defensas, entre otros factores.
Lo antes nombrado sirve para reforzar la importancia del manejo de las emociones a través de técnicas diversas apropiadas a cada comunidad como ejercicios de respiración para el control del estrés, yoga, tai chi, ejercicios psico físicos, visualizaciones, entre otras.
Para el caso de pacientes ebóticos (que padecen de Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica) realizar ejercicios  con botella de agua y pitillos, soplando 10 veces, tres veces al día.

3.    Higiene

La higiene es clave en el fortalecimiento del sistema inmunológico; no solo para atacar al agente patógeno externo. Una adecuada higiene corporal y ambiental evita que el sistema orgánico esté permanentemente en estado de estrés al atacar y contrarrestar los constantes agentes provenientes de ambientes poco higiénicos.
El tema de la higiene está relacionado a la limpieza del hogar, del lugar de trabajo, espacios ordenados, sin objetos acumulados y arrumados que hacen más difícil la limpieza diaria y se constituyen en espacios idóneos para el sucio y la enfermedad. Así mismo, la luz solar es un importante bactericida, así como la libre circulación del aire se posiciona como un elemento central de higiene. Los espacios higiénicos y ordenados ayudan a su vez a mantener estados de calma y relajación mental.

4.    Descanso y relajación

No dormir, no relajarse, no descansar, no entretenerse, mantener el organismo en permanente estado de estrés y miedo, está contraindicado en estos escenarios ya que deterioran el sistema inmunológico. Por el contrario, hay que descansar adecuadamente, para ello, lo enlazamos en el manejo de la información con las múltiples técnicas de relajación. Es necesario además a prender a manejar la información y a llenar la vida y la mente de cosas que nos guste, de elementos agradables, estéticos, naturales, de vida en general. Cultivar la confianza en la vida, el buen humor, más allá de las circunstancias, genera que el organismo fortalezca su farmacia interna, sus defensas, para equilibrar los sistemas endocrinos, nerviosos, circulatorios, entre otros.

5.    Conclusiones preliminares

Mientras que la medicina alopática convencional se enfoca en atacar el agente patógeno y en ver la salud desde un punto de vista unicausal, enfocado en la enfermedad y el agente patógeno, las medicinas naturales y terapias complementarias se encargan de “fortalecer el terreno”, es decir, de evitar generar las condiciones de organismos débiles por malos estilos de vida y alimentación que se constituyan en organismos idóneos para alojar la enfermedad. En tal sentido, la salud es comprendida en su integralidad y multicausalidad; lo más importante no es la enfermedad ni el agente patógeno, lo más importante es el equilibrio de las fuerzas de la vida, que es un terreno u organismo fortalecido, vivo, equilibrado con su entorno ambiental y social; por lo tanto el trabajo no es individual, es colectivo y es afectivo.

6.    Recomendaciones

En la lógica de la medicina alopática, la comunidad tiene poco que hacer para evitar la enfermedades, salvo seguir recomendaciones externas y depender de las grandes corporaciones farmacéuticas. La salud es un elemento preponderantemente individual y físico, y la clave es atacar al agente patógeno. En cambio, desde las medicinas naturales y terapias complementarias, se procura un proceso de reeducación donde las comunidades organizadas aprenden de cosas sencillas que les permitan desarrollar vidas sanas y organizaciones resilientes, con el aprovechamiento de los recursos y saberes locales, fortaleciendo las defensas intraorgánicas y colectivas, que conlleva a un equilibrio con el entorno ambiental y social, por lo tanto, se trata de un trabajo colectivo y comunitario.
Por lo antes descritos, creemos que es posible una incorporación de la sabiduría de las medicinas naturales y terapias complementarias, con el conocimiento de la medicina alopática, sobre todo en esta coyuntura, en el que la OMS llama a innovar ante nuevos escenarios que enfrentan no solo un virus no conocido, sino un contexto global complejo.

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